Al igual que nuestra visita al Parque Xcaret México, estando alojados en el Hotel Xcaret México, también conocimos el Parque Xel-Há, también incluido en el programa All-Fun Inclusive que ofrece Xcaret a sus huéspedes.
En este caso fue necesario que reservemos el traslado con el hotel. Se puede hacer previamente por mail, o también se puede hacer desde la oficina de Concierge en el lobby. La «parada» es un poco más adelante sobre la vereda, que para ir al Parque Xcaret México, donde se ve un grupo de gente en la foto.
En nuestro caso nos coordinaron para tomarlo a las 9:00 en el hotel y volver desde el Parque Xel-Há a las 17:00. No había opciones para volver en otro horario, aunque sí taxis en la puerta para volver antes o después, ya que el parque cierra más tarde.
La amplitud horaria que nos programaron estuvo bien, ya que la visita lleva todo el día tranquilamente. Incluso dependiendo de las atracciones que se quieran visitar, el tiempo puede ser corto.
En el bus de traslado hay un guía que va anticipando información del Parque Xel-Há en español e inglés. Se explica entre otras cosas que hay varias atracciones con un pago extra, que se pagan y reservan turno ni bien se pasan los molinetes, que también se hace con las pulseras del hotel.
Este es el mapa del Parque Xel-Há:
El Parque Xel-Há a grandes rasgos transcurre rodeando una caleta (entrada de mar), de agua turquesa. Es decir que los senderos hacen una gran “U”, pero que también es atravesado en su parte más estrecha por un divertido puente flotante (unos 200 metros aproximadamente).
Así se ve del otro lado del puente flotante:
A poco de entrar está es zona de descanso con hamacas… que con tanto para hacer, nadie las usa… pero para la foto quedan bien:
Dentro de las atracciones con pago extra, reservamos el Zip Bike, que en pocas palabras es un circuito que se recorre pedaleando una bicibleta aérea, que cuelga de una cuerda.
Esta es la estación de inicio, y así son las bicicletas:
Se indica que dura unos 20 minutos aproximadamente el recorrido, pero depende de la velocidad que le de uno, y las veces que frene. Al principio parece algo simple, un recorrido que permite apreciar la naturaleza desde cierta altura (no mucha).
Pero luego se siente algo de aventura cuando el circuito se adentra en una caverna, y peor aún cuando se pone oscuro y con agua de desconocida profundidad por debajo…
Otro integrante de nuestro grupo prefirió nadar con delfines, que se realiza en grupos reducidos.
El almuerzo está incluído en el parque, como así también las bebidas en los bares. Luego, y una vez que nuestro hijo se durmió una siesta en los carritos que se pueden alquilar, me subí al tobogán del faro, el que se ve gigante en las fotos. Se sube por escaleras, y no se puede llevar nada, por eso no hay fotos de esta parte. Sí hay un scanner para tomarse una foto de las que luego vende Xcaret, pero me falló la pulsera, y no la obtuve. La vista arriba de toda la caleta es impresionante.
La experiencia del tobogán, para ser mi primera vez en un tobogán de este tipo, estuvo bien… aunque no lo volvería a hacer 🤣. Me raspé el codo en el último tramo, a pesar que tenía los brazos cruzados como se indica, y terminé saliendo del mar donde se cae, chorreando algo de sangre. Pero nada importante. La caída no es pronunciada, pero sí en el último tramo.
Luego nos metimos en la caleta con uno de los gomones, y chaleco salvavidas que es obligatorio. Nos propusimos llegar a una canilla enorme que está en el centro, tipo ilusión óptica. Fue más práctico nadar, que usar el gomón. Ah… no se puede subir a las rocas donde está la canilla. Un guardavidas me retó… Igual no hay que ser muy inteligente para darse cuenta, las rocas patinan bastante, pero en mi mente me había parecido ver gente en ese lugar. Pero bueno, ustedes ahora lo saben. No se suban!
Luego, con Tomi ya despierto recurrimos un poco más a toda velocidad, ya que se hacía el horario de regreso pactado. Atravesamos el puente flotante que mostré más arriba. Del otro lado hay un lindo letrero del Parque Xel-Há con scanner si uno prefiere comprar la foto. Y más atracciones siguiendo los senderos, como xenotes a los que no pudimos llegar, por falta de tiempo, entre otros atractivos.
Visitamos en el mismo parque, un sueño. Volveríamos sin dudas.
Sin lugar a dudas Sabri! Es un lugar para volver.