
El paso 3 de nuestra guía para armar un viaje a Europa es un punto igual de importante que los anteriores, y probablemente, o al menos nos pasa a nosotros, el que puede llevar más tiempo.
La búsqueda del alojamiento ideal puede estar atada a ciertas preferencias o requisitos que nosotros tengamos. Los clásicos e importantes son: tope de precio, buenos comentarios, y ubicación. Luego cada uno puede agregarle más ítems a esa pequeña lista, como ser que tenga desayuno incluído, que la habitación tenga cierta cantidad de metros cuadrados (en algunas ciudades pueden haber habitaciones diminutas!), que tenga cancelación gratuita, pago en destino, recepción 24 horas, etc etc.
A la hora de elegir quiero destacar uno de esos ítems a considerar, ya que conozco gente que no lo tiene en cuenta, y en un viaje donde vamos a depender de los medios de transporte es fundamental: la ubicación.
Y lo de la ubicación también podría estar atado al paso siguiente de esta guía, que serán los atractivos y actividades que vayamos a realizar o visitar, así que acá podría haber una fusión de estos dos pasos. Ya que alojarnos cercano a alguno o algunos de ellos o con fácil acceso podría ser una alternativa.
Pero si nos olvidamos de los atractivos, es fundamental hacer un análisis de la zona o barrio donde se encuentre el alojamiento, incluso revisando el street view, para evitar sentirnos incómodos si el lugar se nos hace feo, inseguro, oscuro, sin comercios cerca, o lo que fuere… que podría opacar nuestra experiencia.
Hecha esa revisión, es muy importante que en el mapa encontremos una estación de Metro cerca (subte!!). En las grandes ciudades europeas hay buenas redes de Metro y con ellas se recorren casi todos los puntos turísticos más importantes. Entonces estar cerca de una estación de Metro es estar cerca de todo.
Algo más con respecto a la ubicación, y un tanto obvia… es que a ubicación más céntrica… precios más caros. Así que hay otra limitante allí. Pero como decía antes, si estamos cerca de una estación de Metro, estamos a un paso de todo. Se puede buscar una línea de Metro que se aleje del centro, y buscar hoteles o departamentos allí. Notarán la diferencia de precio, y hay excelentes opciones también.
Con respecto al tipo de alojamiento, podemos separarlos en tres grandes grupos: hoteles, departamentos y hostels.
Para hoteles (y ahora también departamentos) se puede utilizar a Booking.com como herramienta de reserva. Cuantas más reservas en esa plataforma, se sube de nivel de usuario, y con ello mayores descuentos, y también es buena práctica buscar desde su app, que suele incluir algunas promociones que en la versión web no.
Si queremos asegurarnos de abarcar más opciones de hoteles, podemos buscar en Google Maps, dándole a la opción «Hoteles» en la parte del mapa que estemos observando. Acá dejo un ejemplo de una parte del mapa de Paris con esa opciones seleccionada, y las «M» amarillas son estaciones de Metro.

Muchas veces suele pasar que los precios de los hoteles nos abruman, y enojan… y es ahí cuando se puede pasar la búsqueda a Airbnb, la plataforma que es a los hoteles lo que Uber es para los taxis. Su creación ha generado dilemas en la actividad hotelera, ha sido regulada en muchas ciudades, pero hoy sigue en pie y funcionando en todos lados. Y lo cierto es que muchas veces tiene mejores precios y excelentes prestaciones.
Sí hay servicios que un hotel con empleados siempre presentes te puede dar, que un departamento donde estás solo no, pero si los comentarios son en un gran porcentaje buenos, no hay de qué preocuparse.
La búsqueda en Airbnb es similar a la de los hoteles, aunque acá podemos revisar que tenga lavarropas, cocina completa, TV S-Mart, etc. Pero hay que tener más presentes el entorno donde se encuentra. Importantísimo tomarse el tiempo de leer los comentarios de viajeros anteriores, y que la comunicación con el anfitrión sea buena.
Y la otra opción, yendo de más caro a más económico, quedan los Hostels, que si bien no hemos estado en uno aún, son muy comunes en Europa, y hay bastante variedad incluso nuevos o remodelados, que se ven muy bien, e incluso ofrecen dentro habitaciones privadas, ideales para una familia por ejemplo. A revisar las prestaciones ya que en los hostels las baños son compartidos, entonces las que se venden como habitaciones privadas se debería revisar si el baño también.
Hay hoteles que son un mix entre hotel y hostel, que sí hemos usado en algunas ocasiones, que se trata de habitaciones privadas, con la ducha y lavatorio instalados dentro, pero los sanitarios sí están separados y son compartidos.

Algo que normalmente ocurre ya sea en Europa como en el resto del mundo, es que el check in es luego del mediodía, y el check out en la mañana, y nuestro vuelo o tren llega o sale en horarios muy lejanos. Entonces es recomendable consultar si nos pueden guardar nuestro equipaje fuera de estos horarios, es decir temprano en la mañana cuando llegamos, o durante unas horas después de hacer el check out. Esto nos garantizará aprovechar al máximo el tiempo recorriendo la ciudad hasta que se acerque la hora de nuestro ingreso o de nuestra conexión hacia otro destino.
Algo a resaltar cuando se leen comentarios, ya sea de hoteles, hostels o departamentos, es que para descartar alguna opción por algún aspecto negativo marcado en las reseñas, conviene chequear que eso se encuentre repetido entre los usuarios al menos algunas veces, para darnos una idea de la veracidad o recurrencia de ese evento. Así como hay malos alojamientos, también hay malos «comentadores».
Sobre las fotos de este post, la de portada es el Hotel Jakarta de Amsterdam, que tenía una excelente ubicación frente al río IJ y a solo tres paradas de tranvía de la Estación Central. Y la segunda foto es una casa típica suiza, que no recuerdo si tenía nombre, pero nos la había reservado un amigo que vive en la zona, y era sólo habitación con baño compartido, aunque estábamos solos.